lunes, 9 de enero de 2012

...y lo dejo todo

Apuntes sobre la mesa, y una taza con poso de café en la mesa; su aroma ha impregnado hasta la última esquina de esta habitación; el olor del sueño yace entre mis sábanas, y tú no estás entre ellas.

Lees los estados de las redes sociales de la gente... deprimente. Sus mentes se amontonan entre las bibliotecas gritando desesperación mientras un niño se muere de hambre en el Cuerno de África. Estamos malcriados, estoy maleducado.

Mientras tanto me aferro al manillar de la atracción, ya estoy en la cúspide, ese momento donde sabes que no hay vuelta atrás, que ya estás dentro, y que solo te espera una intensa caída seguida de un looping. Lo emocionante por los que nos subimos a ellas, no es por el efecto de la caída, si no por la emoción de que desde el primer momento en el que el largo manillar de acero nos presiona en el vientre, no hay vuelta atrás; solo queda dejarse llevar, y tener esperanza en tu valentía para afrontar la situación. 

Y tú, pudiste haberte montado en otra atracción; no disfrutar conmigo de la esencia de nuestra droga destructiva; pero ahora, en el último momento veo que has caído en el pecado... dulce pecado. Déjate llevar, piérdete, crea historias que puedas contar. Mi barco es modesto, ni grande ni pequeño, no tiene capitán y algunas cosas están por reparar; pero lo esencial funciona, y funcionando navega; navegando, vive. Otros navíos te garantizarán seguridad y estabilidad entre sus maderas, pero se quedarán anclados en el puerto.



ISM ------------


 'Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar.' 'Canción del pirata', José de Espronceda"

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